Raymond
Brown, “Las iglesias que los apóstoles
nos dejaron” Bilbao, 1986.
Resumen
del libro.
1. La era sub-apostólica en el NT.
Llamamos “época apostólica” al segundo tercio del siglo I dado que, hacia el
año 67, los tres apóstoles de los que tenemos un conocimiento detallado en el
NT -Pedro, Pablo y Santiago “el hermano del Señor- habían desaparecido de la
escena. Santiago, hijo de Zebedeo, ya había sido martirizado al principio de
los años 40, y de los demás apóstoles casi lo único que tenemos son sus
nombres.
Al último tercio del siglo I lo
llamamos “época sub-apóstolica”,
pues vive a la sombra de los grandes apóstoles de la época anterior, siendo la
fidelidad a la memoria de estos grandes apóstoles su característica dominante.
La mayor parte del NT fue puesta por escrito en este período.
A finales del siglo I y principios
del siglo II tenemos la “época
post-apostólica” donde ya aparecen escritos cristianos puestos bajo el
propio nombre de su autor: las cartas de Ignacio, la carta de Clemente. Esta
“tercera generación” se estaba alejando de la tutela directa de los apóstoles.
En las siguientes secciones se
estudiarán las iglesias detectables en el NT, a través de los escritos
sub-apóstolicos canónicos, tratando de determinar qué respuesta se dio en cada
caso al problema de la continuidad eclesial ante la desaparición física de los
grandes apóstoles.
2. Las Cartas Pastorales y la importancia de la
estructura eclesial.
- Dificultades:
la desaparición física del apóstol y la aparición de falsos doctores.
- Cambio de
eje: de la actividad misionera al cuidado
pastoral de los ya evangelizados.
- Respuesta
a las dificultades: lograr una sólida
estructura eclesial (epíscopos, presbíteros, diáconos).
- Funciones
de los pastores:
1) ser los maestros oficiales, aferrándose a la doctrina recibida y
rechazando cualquier